Entrevista a Emily Warren Roebling

 Entrevista a Emily Warren Roebling

Emily Warren Roebling

Nuestra entrevistada de hoy es Emily Warren Roebling: la primera mujer ingeniera jefa a pie de obra en la construcción del puente de Brooklyn que une los distritos de Brooklyn y Manhattan en la ciudad de Nueva York. Es una mujer decimonónica (o sea, del siglo XIX).  Nos atiende educada y paciente, con su vestido pasado de moda y una sonrisa cansada.

Buenos días, señora Emilia, para romper el hielo ¿Qué le parece el edificio del instituto, usted que sabe tanto de construcciones?

Para empezar, llamadme Emily porque soy americana y me gusta más Emily que Emilia. El instituto como bien sabéis tiene una zona de sol y otra de sombra con imporantes diferencias entre ambas. El edificio tiene alguna deficiencia. En verano hace mucho calor y en invierno bastante frío; algunas ventanas no funcionan muy bien…en fin, tiene algunas carencias y se puede mejorar.

Queríamos hacerle unas preguntitas sobre la fiesta del invernadero a la que usted asistió. Como sabrá, Julio César fue asesinado allí. ¿Habló con él en algún momento de la fiesta?

¡Qué disgusto tengo encima! Era muy amigo mío. Sí, claro que hablé durante la fiesta con él, de hecho, estuve con él en el invernadero.

¿Observó algún comportamiento extraño en la fiesta por parte de algún invitado/a?

Bueno, es que éramos muchos, unos treinta. Cuando estuvimos en el salón de baile hacía mucho calor, abrimos las ventanas y algunos se dedicaron a pasearse por los jardines. Extraño…no, pero había mucho champán, la gente bebió mucho y se desinhibe con el alcohol.

Otro testigo, la señora María Moliner nos ha dicho que paseó junto a usted y vieron a un grupo de mujeres junto a Julio César tomándose un té. Ella no recuerda a ninguna ¿Se acuerda usted?

Efectivamente, cuando estuve paseando con María Moliner yo vi a un grupo de mujeres junto a Julio César y las identifiqué: estaba Otelo, estaba Julieta, la reina Isabel, Shakespeare… hablaban animadamente con Julio César, muy entretenidas, sí.

¿Vio usted a alguien a solas con la víctima?

Bueno, mira. Después de estar con las mujeres que he dicho antes, Julio César me invitó a jugar al ajedrez y estuve con él jugando en el invernadero…pero yo le dejé vivo ¿eh? Me invitó a tomar té pero yo volví a la fiesta porque me gusta más el champán.

¿Cree que alguien podría tener motivos para cometer este asesinato?

La verdad es que estoy un poco asombrada porque Julio César era muy amigo de todos, por eso organizó la fiesta. No encuentro un motivo por el que alguien pudiera matarlo: con algunos leía libros, jugaba al ajedrez…También era coleccionista: me enseño hasta una daga.

Tenemos una curiosidad. ¿Es cierto que fue usted la primera persona que cruzó el puente de Brooklyn? ¿No le dio un poco de miedo aunque fuera su obra?

Es verdad. Mi marido no pudo asistir a la fiesta porque es paralítico. Él era el ingeniero pero al hacer las pruebas de cimentación del puente tuvo que bucear, le entró nitrógeno en el cerebro y se quedó así. Yo fui la jefa de obra del puente. Estaba tan segura de que lo habíamos hecho bien que no me asustó en ningún momento cruzar la primera. Sabía que ese puente iba a durar muchos años

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